El Despacho nace en 1995 los miembros que lo conforman son juristas con una gran experiencia que han ido acumulando a lo largo de su dilatada carrera profesional. El Despacho tiene una clara vocación, que no es otra que: la honestidad, la profesionalidad y él ánimo de superación.
Entendemos el ejercicio de la Abogacía y del Derecho, que son nuestro oficio y profesión de juristas, como Ciencia, como Técnica y como Arte. Ciencia porque nos hacemos preguntas, tenemos curiosidad, queremos conocer la razón de ser de las normas y de las decisiones jurídicas, intentando que nuestras actuaciones profesionales sean claras, razonables, comprensibles y convincentes. Técnica porque sólo aceptamos casos en que vemos procedimientos y posibilidades reales de resolverlos, aunque nunca podamos garantizar el resultado final de los procesos judiciales o de las negociaciones con terceros. Arte porque el Derecho es instrumento de la armonía social, afinar el concierto entre derechos e intereses, buscar o recomponer el equilibrio y el entendimiento entre las partes en conflicto abriendo los cauces posibles de comunicación. Arte en las formas de expresión que sin renunciar a la verdad de los conceptos y a la precisión de los términos, tampoco renuncia a la belleza retórica y literaria.
Los miembros de este despacho acometemos las tareas desde nuestro compromiso social como abogados y juristas: el respeto a la ética profesional, el rigor en el trabajo y el espíritu de servicio a las personas; para contribuir con modestia y discreción a lograr la estabilidad y cohesión social que solamente pueden asentarse en el respeto al Derecho y en la realización de Justicia.